Actividades de Promoción de la Salud CESFAM Monseñor Sergio Valech

Actividades de Promoción de la Salud CESFAM Monseñor Sergio Valech

Con el objetivo de educar a padres acerca de la estimulación temprana del lenguaje, el 18 de Junio Nathalie Emhart Rocha, interna de Fonoaudiología realizó en el CESFAM Monseñor Sergio Valech el taller “¿Cómo estimular el lenguaje de mi bebé? Para niños de 0 a 12 meses de edad.”. Dentro de los contenidos entregados a los asistentes se informo sobre beneficios de la estimulación temprana, riesgos que existen frente a la baja estimulación del lenguaje, habilidades a adquirir dentro de la etapa prelingüística. y conductas adecuadas que se deben adoptar al momento de estimular el lenguaje del bebé.

"Muchas veces observamos en el CESFAM a padres preocupados por sus hijos, que a pesar de interactuar con ellos todos los días, los niños se encuentran con aspectos descendidos en el lenguaje, y esto se debe a que a pesar de que ellos se toman el tiempo de realizar actividades con sus bebés, no conocen las herramientas adecuadas para lograr que esta interacción contribuya en el desarrollo del lenguaje del niño. Un niño adecuadamente estimulado, debería lograr la adquisición de todos los hitos del desarrollo sin necesidad de esfuerzos adicionales, y el adecuado desarrollo del lenguaje se relaciona estrechamente con habilidades socio-comunicativas y el éxito que los niños tendrán en su escolaridad" Mencionó Emhart.

Diversos autores indican que el lenguaje es uno de los pilares fundamentales en el desarrollo global del niño, incluso es uno de los aspectos más vulnerables cuando las características, circunstancias del niño y del ambiente constituyen factores de riesgo. Por lo anterior, se hace evidente que preocuparse del desarrollo del lenguaje en niños pequeños genera múltiples ventajas para su calidad de vida y adquisición de habilidades futuras. Con este fin existen programas de estimulación temprana, que se definen como un conjunto de actividades y estrategias que favorecen el desarrollo de las potencialidades de los niños en riesgo o con déficits, proporcionándoles las experiencias necesarias desde su nacimiento. Esto se logra a través de la presencia de personas y objetos en una interacción constante y armónica con el niño, en situaciones de variada complejidad, generando en él motivación e interés, con lo que se logra un aprendizaje efectivo y una relación dinámica con su ambiente.

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